Si eres alegre por tu propia naturaleza, no tienes que demostrar que eres mejor que nadie.
Estás bien como eres, esto es algo que todo ser humano debería establecer: que seas alegre por tu propia naturaleza, no por lo que te rodea o por quien te rodea, sino que eres alegre por tu propia naturaleza.
Notarás que en el momento que eres alegre por tu propia naturaleza, de pronto, tu cuerpo, tu cerebro, tu todo funciona bien y, sobre todo, el estrés de la existencia desaparece de ti.
Hay una cierta relajación y una apertura dentro de ti, que despliega tu genio de muchas maneras y, sobre todo no tienes presión ni tienes presión social.
No tienes miedo a dejarte fluir.
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