Una cosa importante que todo ser humano tiene que hacer es estructurar su marco psicológico y emocional en torno al hecho más fundamental de su vida: su mortalidad.
En este momento las personas tardan toda una vida en entender que son mortales.
Necesitan un ataque al corazón o la aparición de un bulto maligno para recordarse.
Si fueras inmortal, podrías disfrutar de cien años de depresión, ansiedad y miseria.
Luego en el 500 aniversario podrías volverte alegre, pero este no es el caso.
No hay tiempo para la frustración, la depresión, la ansiedad, la ira o cualquier cosa desagradable de esta vida.
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